¿El contenido es el rey?


Muchas veces hemos escuchado esa pregunta, pero ¿realmente es cierto? No hay duda de la importancia de realizar una buena estrategia de contenido, de que según lo que publiquemos nos posicionaremos de un modo u otro, nos diferenciaremos de los demás y, por supuesto, nos vincularemos con nuestros “usuarios”.

Cuanto más útil e interesante sea el contenido que ofrecemos a nuestros lectores, más posibilidades tendremos de posicionarnos en Google. Ya sabéis, lo apetitoso es lo que gusta. Además, es importante la periodicidad en la que se publiquen, es decir, si eres de post diario, tendrás más posibilidades de “engachar” a tus seguidores, que si lo haces cada semana. En resumen, hay que crear engagement y convertirlos en prescriptores de nuestra marca. 



Una vez claro que el contenido es el rey, no debemos olvidarnos de cómo es el contenido y si es lo que los lectores están buscando. Digamos que la cantidad es importante, pero mucho más la calidad. Ésta no viene determinada por nosotros mismos como creadores, aunque es imprescindible ser críticos con el valor que añadimos, pero, al fin y al cabo, el que decide es el usuario.

Hasta aquí  ninguna novedad. Pero, ¿qué pasa cuando el contenido es aburrido y no llega?  Mi primera respuesta sería “hay que arriesgar más, hay que cautivar a los seguidores” . La cuestión es ¿cómo? El primer paso es observar lo que realmente le gusta, el estilo, el tipo de publicaciones, en que horario… Pero cuidado, al principio hay que ser cautelosos para no meter la pata. Lo podríamos resumir así: informar y divertir, pero con cuidado.

En conclusión, nos beneficia crear buen contenido, porque, además de conseguir que el usuario esté satisfecho, tendremos la oportunidad de que lo comparta, y, no lo olvidemos, es nuestra audiencia quien nos empuja hacia arriba o nos hunde en el suelo.


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